Los agricultores de mango en Málaga, atrapados entre la sobreproducción y los precios de miseria
Los agricultores malagueños reciben apenas 0,80 euros por kilo de mango, mientras en los supermercados el precio se dispara hasta los 6 euros

La campaña del mango en la provincia de Málaga ha arrancado este septiembre con cifras récord de producción, pero con un balance económico devastador para los agricultores. Según la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) Málaga, los productores perciben apenas 80 céntimos por kilo, mientras los consumidores pagan entre 4 y 6 euros en los supermercados. Una brecha que, denuncian, refleja el incumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria y la falta de controles efectivos por parte de la Junta de Andalucía.
Producción histórica, precios hundidos
La recolección comenzó oficialmente el 1 de septiembre con previsiones de 35.000 toneladas, el doble de las 17.000 de 2024. Sin embargo, ese incremento ha coincidido con un desplome de precios: un kilo de mangos medianos se paga a 1 euro, mientras que las piezas más pequeñas, que suponen un 20 % de la cosecha, apenas alcanzan los 35-40 céntimos. El resultado: una media de 80 céntimos por kilo, frente al 1,50 que cobraban en 2024.
UPA calcula que esta caída de 70 céntimos por kilo implica pérdidas medias de 12.600 euros por hectárea, con producciones de 18.000 kilos. "Un mango de calidad excepcional, de 300 gramos, se paga a 40 céntimos el kilo. Eso significa que el agricultor recibe 12 céntimos por pieza, mientras el consumidor paga 6 euros en tienda", denuncia Francisco Pineda, secretario de Subtropicales de UPA Málaga.
De "producto estrella" a agricultores "estrellados"
"Los mangos han pasado de ser un producto estrella a dejar a los agricultores estrellados", resume el secretario general de UPA Málaga, Francisco Moscoso. El dirigente recuerda que incluso antes de comenzar la campaña oficial los precios ya estaban hundidos por la entrada de fruta verde, lo que ha desincentivado aún más al sector.
La organización alerta de que este escenario amenaza la continuidad de las explotaciones y bloquea el relevo generacional. "¿Qué joven va a apostar por el campo si no se garantizan precios dignos por encima de los costes?", cuestiona Moscoso.
Críticas a la inacción institucional y la presión internacional
La UPA insiste en que la Ley de la Cadena Alimentaria —que obliga a que el precio cubra los costes de producción— no se cumple en el sector de subtropicales. La Junta de Andalucía, según la organización, apenas realiza controles y tolera que los abusos se perpetúen campaña tras campaña.
A ello se suma la competencia internacional, especialmente de países sudamericanos, que presiona los precios a la baja. Pineda advierte: "Si desaparecen los pequeños productores locales, el mercado se llenará de mango importado de menor calidad y a precios más altos".
Liberalismo económico y falta de unión
La UPA también apunta a factores internos. Muchos agricultores trabajan de forma individual, sin integrarse en cooperativas, lo que debilita su capacidad de negociación frente a la gran distribución. "El liberalismo económico beneficia al grande frente al pequeño. Y cuando ya no estemos, otros llenarán el hueco", lamenta Pineda.
Un problema que va más allá del mango
El caso del mango malagueño es, en realidad, una fotografía del conjunto del sector primario español: precios en origen por debajo de los costes, desequilibrio en la cadena alimentaria, importaciones desleales y un marco institucional que no protege al productor.
Desde UPA reclaman controles efectivos, aplicación real de la ley y una apuesta por la organización colectiva a través de cooperativas. De lo contrario, el "oro tropical" de Málaga podría acabar convertido en otro ejemplo más de cómo la abundancia en el campo se traduce en ruina para quienes lo cultivan.