La Diputación de Málaga fortalece vínculos con emigrantes de Almáchar en Barakaldo
El organismo provincial colabora con la Asociación Andaluza Hijos de Almáchar en Barakaldo a través de la edición de un libro relacionado con su Concurso Internacional de Letras Flamencas

En un gesto de solidaridad y apoyo a la comunidad emigrante, el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, recibió en la sede de la institución provincial al presidente de la Asociación Andaluza Hijos de Almáchar en Barakaldo, Manuel Sánchez. El encuentro, que contó con la presencia del alcalde de Almáchar, Antonio Yuste, así como de destacadas figuras de la diáspora andaluza en el País Vasco, como el presidente de la Federación de Regionales de Castilla y León en Euskadi, Andoni Paredes, y el presidente de la Federación de Centros Regionales Andaluces en Euskadi, Juan Gracia, sirvió para fortalecer los lazos entre las comunidades y explorar formas de colaboración.
La Asociación Andaluza Hijos de Almáchar en Barakaldo, fundada en 1978, reúne a emigrantes y descendientes de habitantes de Almáchar que se establecieron en esta localidad del País Vasco. En un esfuerzo por mantener viva la cultura y las tradiciones de su tierra natal, la asociación ha encontrado en la Diputación de Málaga un aliado clave.
Una de las formas en que la Diputación de Málaga colabora con este colectivo es a través de la edición de un libro relacionado con su Concurso Internacional de Letras Flamencas, titulado 'De Letras Flamencas V'. Este libro recopila las letras premiadas en el concurso desde 2013 hasta 2017, con el objetivo de enriquecer el repertorio flamenco con nuevas incorporaciones creadas por almachareños radicados en el País Vasco.
Este gesto de colaboración no solo fortalece los lazos entre la comunidad emigrante y su lugar de origen, sino que también contribuye a preservar y difundir la rica herencia cultural de Almáchar. La reunión entre los representantes de la Diputación de Málaga y la Asociación Andaluza Hijos de Almáchar en Barakaldo marca un paso importante en el reconocimiento y el apoyo a las comunidades emigrantes que mantienen vivas sus raíces en tierras lejanas.
Éxodo rural hacia el País Vasco
En los años 1950 y 1960, una creciente cantidad de malagueños abandonaron sus hogares en las tranquilas aldeas de la provincia, buscando oportunidades laborales en la próspera región industrial del País Vasco. Impulsados por la difícil situación económica y la escasez de empleo en sus lugares de origen, muchos emprendieron un viaje incierto hacia el norte de España.
Los municipios más afectados por esta migración incluían a pintorescos pueblos como Almáchar, Moclinejo y Casabermeja, cuyas calles vieron despedidas de familias enteras en busca de un futuro más prometedor. Este éxodo transformó radicalmente la demografía y el tejido social de estas comunidades, dejando atrás paisajes marcados por la ausencia y el silencio.
La migración hacia el País Vasco ofrecía la esperanza de empleo en las florecientes industrias siderúrgica y naval de la región, así como en otros sectores en pleno auge. Sin embargo, este viaje también implicaba enfrentar desafíos significativos, desde la adaptación a un entorno culturalmente diferente hasta la superación de las barreras del idioma y la discriminación.
A pesar de las dificultades, muchos malagueños lograron establecerse en el País Vasco, contribuyendo al desarrollo económico y social de la región y forjando nuevas identidades en tierras lejanas. Este episodio histórico, aunque olvidado en gran medida, sigue siendo parte integral del legado de Málaga y una ventana a la determinación y la resiliencia de sus habitantes frente a la adversidad.