Ecologistas rechazan la instalación de desaladoras para aumentar las superficies de regadío
GENA defiende que "esta costosa infraestructura sólo es justificable para afrontar periodos de sequías prolongadas, como el que ahora estamos padeciendo, pero de ningún modo debe contemplarse como solución para el regadío en la comarca"

La comarca de la Axarquía atraviesa por un momento complicado debido al endémico déficit hídrico que mantiene en estos momentos al pantano de La Viñuela en apenas un 16% de su ocupación total. Ante tal situación, la iniciativa para la construcción privada de una desaladora para paliar la sequía y el riego de subtropicales ha saltado a la palestra. Todo ello con el apoyo de las instituciones públicas como el Ayuntamiento de Vélez-Málaga.
Ante esta noticia, desde GENA- Ecologistas en Acción ha manifestado que "esta costosa infraestructura sólo es justificable para afrontar periodos de sequías prolongadas, como el que ahora estamos padeciendo, pero de ningún modo debe contemplarse como solución para el regadío en la comarca".
En un comunicado, al que ha tenido acceso Diario-Axarco, los ecologistas defienden que la desalación ya se contemplaba en el Plan Hidrológico de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas en el horizonte de 2017, precisamente para el año en que "el regadío en la comarca había crecido muy por encima de los recursos disponibles", pero finalmente no llegó a ejecutarse, y tampoco en el horizonte de 2021.
Los ecologistas consideran que existen otras vías más sostenibles antes que el recurso de la desalación. Unas alternativas que, según GENA, consisten en la "prohibición de seguir autorizando nuevas conversiones de secano en regadío; el uso eficiente del riego, mediante sistemas que ahorren pérdidas de agua; el uso de aguas regeneradas en terciario por las depuradoras o la sustitución de las variedades actuales por otras de bajo consumo de agua".
"Por este motivo, consideramos que la construcción de una desaladora podría alentar el crecimiento del regadío, aumentando la conversión de suelo en secano para regadío, al menos de forma ilegal, como se viene haciendo actualmente por falta de control" argumentan.
Costes que recaigan en el sector agrícola
Ante la posibilidad reciente de la instalación de la desaladora, desde GENA argumentan que el coste de la construcción, puesta en marcha y mantenimiento deberá recaer sobre el sector agrícola, ya que son ellos los que "demandan estos recursos extraordinarios, y que las aguas resultantes de la desalación sean usadas para riego y no para abastecimiento de la población", a lo que añaden que "estas aguas se usarán solo en épocas de emergencia por sequía, nunca como una fuente continua de recurso, para evitar el efecto llamada para el crecimiento del regadío.
La desalación por ósmosis inversa es un proceso industrial energéticamente costoso, por lo que "aconsejan" el uso de sistemas modernos de electrólisis y campos magnéticos, que abaratan los costes.
"Por otra parte, recordamos que la construcción de una desaladora no sólo supone un alto coste energético (funcionamiento y bombeo) sino que sus desechos (salmueras), que se vierten al mar, tiene un importante impacto ambiental sobre los hábitats y bidodiversidad marina, con posibles efectos sobre los recursos pesqueros y marisqueros, aspectos que tendrán que ser estudiados según el emplazamiento que tenga la planta" finaliza el comunicado.