Ecologistas piden mantener un cauce en el rio de Vélez con aguas residuales depuradas
En el último inventario por GENA en el 2021 se han registrado 251 especies, de las cuales 61 especies son sedentarias, 40 estivales, 44 invernantes, 45 en pasos y 28 accidentales

El Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA-Ecologistas en Acción), ha presentado ante la administración de la Demarcación de las Cuencas Mediterráneas Andauzas (Junta de Andalucía), un escrito en el que "solicita se establezca en el tramo bajo del río Vélez, un caudal a base de vertidos de aguas residuales depuradas en la EDAR, que normalmente se vierten al mar por un emisario submarino".
Desde la asociación reclaman más atención por parte de las autoridades regionales y municipales sobre el tramo bajo del rio Vélez debido a que es el único espacio natural de titularidad pública del municipio veleo y donde "se creaban ecosistemas fluvio-terrestres, con sus márgenes provistas de una frondosa vegetación de álamos blancos, sauces, adelfas, tarajes y fresnos y, en la zona del Delta una importante fauna de vertebrados, especialmente aves" apuntan desde la Asociación.
"A lo largo de los últimos 40 años, y de manera más acelerada en los últimos decenios, estamos asistiendo a una progresiva degradación de este espacio, en el que se ha estado eliminando sistemáticamente los sotos para aprovechar el terreno de la zona de servidumbre para cultivos hortícola y, en los últimos años hortofrutícolas. De hecho, hemos constatado que, desde que se construyó el Embalse de la Viñuela, y el Plan Guaro de regadío, el río Vélez ha ido perdiendo progresivamente su caudal mínimo, hecho que ha supuesto la pérdida de los hábitats lénticos (charcas en el cauce) y los propios de los sotos, por desecación, y su fauna asociada. Paralelamente, y tal como hemos denunciado en reiteradas ocasiones, el cauce se ha venido usado como infraestructura vial para todo tipo de vehículos, incluidos camiones, y también como vertedero de todo tipo de basuras: escombros, muebles, electrodomésticos, etc., todo lo cual contribuye a la mencionada degradación" apuntan desde GENA.
Los ecologistas defienden que todo lo anterior repercute de "forma aguda" en el Delta del Río Vélez. Un espacio que forma parte de la Red de Humedales de Andalucía, donde se congrega una rica avifauna que en el último inventario realizado en 2021 por GENA registra un total de 251 especies, de las cuales 61 especies son sedentarias, 40 estivales, 44 invernantes, 45 en pasos y 28 accidentales, siendo especialmente relevante la presencia de hasta 101 especies nidificantes, parte del dormidero de gaviota cabecinegra (25.000 ejemplares en la franja marina) hecho por el cual el lugar es merecedor, al menos, de la categoría de "Zona de Importancia para Aves" (IBA). Hecho en el cual se encuentran trabajando desde GENA, aunque argumentan que en los últimos años se ha producido "una progresiva rarificación de muchas especies, antes abundantes y constantes, lo que atribuimos a la ausencia de un cauce mínimo que asegure la biodiversidad de invertebrados y vertebrados que normalmente representa la única fuente de nutrientes para la avifauna".
"Este proceso se acelera por la desecación del cauce del río ya que, el llamado 'caudal ecológico', que teóricamente se intenta cubrir, siguiendo la Directiva Marco del Agua, mediante un desembalse mensual, que no contribuye al mantenimiento de los mencionados ecosistema fluviales, ya que antes de llegar a la zona de Vélez la mayor parte del caudal desembalsado se filtra al acuífero detrítico, muy desecado por los excesos de bombeo para cultivos subtropicales, y que a la postre significa que las aguas destinadas al mantenimiento de los ecosistemas fluviales, en realidad es utilizada también por los agricultores, a través de los mencionados bombeos desde la infinidad de pozos existentes en este acuífero detrítico" recogen.
Desde GENA apuntan que desde el mes de julio se ha producido un vertido continuado de aguas residuales depuradas en la EDAR de Vélez-Málaga, al parecer, según han indicado, por una reparación en la tubería. "Esta asociación ha podido comprobar que estas aguas residuales, depuradas hasta un secundario, parece que están en buen estado, puesto que no huelen y parecen limpias, no forman espumas y permiten el desarrollo de especies como la lenteja de agua y los berros" defienden.
"Por lo tanto, dado que consideramos que estas aguas no presentan una contaminación importante y en todo caso afectaría a pozos de riego, ya que el agua potable de la población se adquiere por la red general tras pasar por la potabilizadora. Y que dado que hemos comprobado que la presencia de este pequeño cauce de aguas residuales depuradas, vertidas al río, ha frenado el gravísimo proceso de desecación de la vegetación de ribera, y está atrayendo a muchas más aves, y el regreso de especies como el chorlitejo chico, la lavandera boyera, andarríos, archibebes, cigüeñuelas, moritos, garzas, garcillas cangrejeras y buen número de gaviotas reidoras, entre otras, y además se puede constatar una mayor frondosidad de los árboles de las márgenes fluviales (sotos), además de especies propias de ambientes lénticos como la lenteja de agua, los berros, etc.".
Debido a tal condición desde GENA se ha solicitado a la autoridad del dominio público hidráulico, que estudie la posibilidad de modificar el régimen usual de vertido de aguas residuales depuradas de la EDAR de Vélez-Málaga, al mar, a través de un emisario submarino, para que éstas sean vertidas directamente al cauce del río Vélez y, de este modo, se contribuya a mantener el caudal ecológico que le corresponde según normativa europea y estatal, y con ello al mantenimiento de los ecosistemas de ribera y del cauce, y el mantenimiento de la avifauna propia de este delta".
"Al mismo tiempo, esta medida supondría prescindir el emisario submarino, que como es sabido suele partirse en los temporales marinos y necesita altos costes de reparación. También frenaría el continuo trasiego de vehículos, personas y ganado por el cauce del río Vélez. Las consecuencias sanitarias en las playas colindantes con la desembocadura son mínimas, máxime si tenemos en cuenta que, no solo la mayor parte del agua se filtra y la que sale ha sido limpiada de forma natural, y en todo caso afectaría a playas que no son aptas para baño (una de las cuales es una playa canina), finaliza el comunicado.