Ecologistas denuncian el ‘Nomadland’ de los acantilados de Maro

03.02.2022

Desde GENA apuntan que el pasado domingo 23 de enero se contabilizaron un total de 35 caravanas en la zona de la Playa de las Alberquillas y 21 en la zona de la Playa del Cañuelo

El grupo GENA, Ecologistas en Acción, ha expresado en un comunicado su "preocupación" por la concentración de caravanas, autocaravanas, homecar, furgonetas adaptadas a vivienda, etc., en el Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, extendiéndose hacia zonas de abastecimiento de agua como el Nacimiento del río de Maro, además de parajes como la Torre de Maro y las pequeñas calas, donde a veces también construyen chabolas, según los ecologistas.

Este paraje protegido, que en verano sufre una gran afluencia turística, durante los meses de invierno se convierte en un nuevo "nomadland", una tierra para nómadas, gente que se desplaza con sus vehículos de un paraje a otro. Como se relata en la famosa película protagonizada por Frances McDormand, estas concentraciones de caravanas en un determinado lugar, de espléndidas vistas, como los Acantilados de Maro. 

Según indican desde GENA, estos grupos de visitantes "no están constituidas por personas marginadas, sin techo, sino por gente que tiene suficiente capacidad adquisitiva como para comprarse un vehículo que puede costar los 60.000 euros y que, sin embargo, eligen una modalidad de turismo superbarato, que no solo no deja beneficio alguno para los lugares que ocupan, sino que cuando se van dejan un rastro inaceptable de desorden, especialmente por los desechos incontrolados que, como es natural, produce cada unidad móvil".

GENA apunta que el pasado domingo 23 de enero se contabilizaron un total de 35 caravanas en la zona de la Playa de las Alberquillas, 21 en la zona de la Playa del Cañuelo, y 18 en la zona de Cantarriján. En esta última cala, perteneciente a la provincia de Granada, los caravanistas logran llegar a la misma playa con sus caravanas, aparcando junto al arenal, donde despliegan sus mesas, sillas y sombrillas, para disfrutar del regalo que le da, sin concesión alguna, la ausencia de cualquier tipo de vigilancia, problema crónico de este paraje.

"Observamos que, aunque las basuras se suelen depositar en los contenedores, donde los hay, como en el aparcamiento del Cañuelo, otros residuos orgánicos son arrojados a los mismos acantilados. La vida humana genera entropía a su alrededor, y si ésta no se controla, como se intenta hacer en la ciudad, provoca un fuerte impacto ambiental en aquellos lugares que, como los Acantilados de Maro, no están acondicionados para amortiguar esta energía negativa" recoge el comunicado.

"Hemos sido testigos también de concentraciones importantes de caravanas en torno al nacimiento del río Maro, donde no sólo se abastecen de agua, sino que algunos aprovechan para darse baños. En otros casos se desplazan a pequeñas calas de difícil acceso, donde construyen chabolas para pasar una temporada, calentándose, haciendo fuego con cañas, práctica que a veces ha causado algún incendio. También tenemos constancia de que algunos, equipados con traje de neopreno practican la pesca submarina furtiva en la zona de Cantarriján" apuntan desde GENA.

Para los ecologistas, la alternativa a este tipo de turismo de bajo gasto económico, pero de alto gasto ambiental es el uso de camping, o al menos aparcamientos temporales de caravanas que algunos ayuntamientos, en su afán por controlar este problema, ha dispuesto en sus territorios.

"Por todo lo cual hemos elevado denuncia ante la Delegación Provincial de Medio Ambiente, para arbitre las medidas necesarias para impedir el aparcamiento de autocaravanas y vehículos durante más de un día en los espacios naturales protegidos como los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, colocando la norma en lugar bien visible en dichos aparcamientos" finaliza el escrito emitido por GENA.